miércoles, 3 de junio de 2009

Estadio Olímpico Universitario




Esta vez, debido a causas de fuerza mayor (léase final del torneo de clausura 2009 de la 1ª división del futbol mexicano) en vez de salir a algún bar de la ciudad de México, nos fuimos al Estadio Olímpico Universitario, qué por cierto se colocó la primera piedra el 7 de Agosto de 1950 y después de 2 años fué inaugurado el 20 de noviembre de 1952. En ese entonces, el presidente era Miguel Alemán y el rector de la Universidad Luis Garrido.

El estadio tiene todo su encanto, y ya con pasar por Insurgentes y ver ondear las banderas a mi se me pone la piel chinita, pero por supuesto, yo soy PUMA. La cita era a las 8 de la noche justo en las astas. Ahí no veríamos todos tomar nuestros boletos e ingresar al estadio, porque deben saber que, una vez que entras, es casi imposible encontrar a alguien, entre que las líneas del celular están saturadas y es un mundo de gente, si no logras ponerte de acuerdo desde antes se vuelve una verdadera travesía.

Desde que estaba en las astas esperando a la banda, empezó una ligera brisa que hizo que me diera cuenta que ir de jeans no era tan buena idea. Ya unos amigos nos esperaban adentro apartando lugares, y ya reunidos los que faltábamos y después de algunas instrucciones con las que se suponía íbamos a dar muy rápido con ellos, decidimos entrar al estadio, no sin antes la clásica “manoseada” en busca de cinturones, encendedores o cualquier tipo de objeto que nuestro cuerpo policial considere “de riesgo”.

Cómo ya les mencioné, las instrucciones eran claras: Entran por la puerta 5, y estamos a 4 filas antes del primer pasillo. ¡No había pierde! En realidad eran instrucciones claras y precisas. Empezamos a buscar la puerta 5 y para nuestra sorpresa y para beneficio de Morphy y su gran habilidad para encontrarle lo malo a las cosas, justo cuando estábamos llegando a la puerta 5 la cerraron y colocaron un letrero que decía “cupo lleno”. Pues ni modo, a caminar a la puerta 6 y al ver que todo mundo hacía lo mismo, decidimos que la estrategia era correr a la puerta 6. Ya por fin, una vez dentro del estadio estaba la primera travesía – encontrar a nuestros amigos -. Yo estaba casi segura que no lo íbamos a lograr, por afortunadamente, y ya con un poco de lluvia, llegamos a dónde estaban apartándonos lugares.

Para este momento la lluvia empezaba a arreciar, pero toda parecía algo leve y fácil de soportar. Ya en nuestros lugares la siguiente cosa importante era saber a qué hora empezaba la venta de alcohol, no es porque el alcohol sea algo importante en nuestra vidas, pero ir al estadio sin chela seguro no es vivir la “experiencia completa”. Apareció un letrero en la pizarra atrás de nosotros que daba el agradable anuncio de que la venta empezaba a las 8:30. Aquí venia la segunda encomienda del día: encontrar chelas.

Los “chelas chelas” pasaban y pasaban u nadie nos vendía cerveza, así que un señor que vendía frappes nos dijo que el nos la conseguía, así que se lanzó en la búsqueda de las chelas perdidas y logró conseguirnos nuestra primera ronda mientras nosotros cuidábamos su charolita de café. Por supuesto, con su respectiva alta propina.

Para este momento ya teníamos una lluvia torrencial encima. Por el pelo nos escurría un mar de agua, pero la emoción de estar en la final hacía que el frío fuera soportable.
Y de la nada, y ya con todo mundo dentro de la cancha, apagaron las luces del estadio y se dejó escuchar el himno universitario. No voy a mentir, pero cada vez que lo escucho y que después suena un Goya al unísono en todo el estadio, es como cargar las pilas, es una energía maravillosa, que aunque no sean fanático del fútbol o ese no sea tu equipo, seguro te inyecta de buena vibra. Algo pasa que el corazón empieza a palpitar mas rápido, se te enchina la piel y la euforia se empieza a apoderar de tu cuerpo.

El partido empezó y la lluvia empezó a disminuir ya casi al final del primer tiempo. Las chelas se terminaron mucho más rápido de lo que habíamos imaginado, así que sólo nos pudimos tomar una durante todo el partido. Ya que ningún “chelas chelas” se acercaba a nosotros y todos lo que llegaban ya tenían las chelas apartadas, decidí empezar la búsqueda de las chelas perdidas. Creo que es la primera vez que no lo logro. No quedaba ni una sola chela en la planta de abajo, y por mas vueltas que dimos, solo encontramos negativas frente a nosotros.
Una vez que la lluvia cesó y todos estábamos hechos una sopa, empezó un ligero viento que hizo que todos nos estremeciéramos de frío en nuestros lugares. No hay nada comparable con la sensación de euforia al combinar un frío que bajo otras condiciones sería insoportable y ver que tu equipo va ganando el encuentro.

El encuentro acabó con un gol a favor de lo PUMAS que al final le dio el campeonato. Todos los asistentes acabamos empapados pero felices, con las gargantas desgarradas de tanto gritar GOYAS.

En serio, no pueden perderse ésta experiencia. Después de muchos años sigo creyendo que lo que puedes vivir en un estadio, independientemente de tu pasión o falta de pasión por el fútbol, es algo que todos deberían experimentar, pero con la pasión sumada, eso es un éxtasis.

jueves, 28 de mayo de 2009

Hoy no sabemos en dónde nos veremos...

Cómo ya sabrán, hoy la afición PUMA estará ampliamente ocupada en el Estadio Olímpico Universitario en CU.

Ya que Paco y yo estaremos en el Estadio, el jueves de ¡QUÉ PINCHE TINO TENGO! empezará en la tribuna y al terminar nos moveremos a algún lugar dependiendo de las condiciones anímicas, de tráfico y climáticas.

La cita es a las 9 de la noche, y dudo mucho que nos encontremos por ahi porque seguro habrá muchísima gente, pero estén al pendiente a traves de Twitter por si quieren acompañarnos a celebrar u olvidar (pase lo que pase) el partido.

Saludos a todos
Candy

www.twitter.com/candyfg
www.twitter.com/solsona

viernes, 22 de mayo de 2009

El Imperial


Tenía ya un buen tiempo que escuchaba referencias sobre El Imperial, también por ahí promos de bandas que anunciaban su tocada en ese lugar. La verdad es que era un lugar que me llamaba la atención desde hace un buen rato, pero nunca había encontrado un buen pretexto para ir, o tarde me acordaba de algún evento que ya se había anunciado. Es por eso que no encontré mejor pretexto que los jueves de ¡Qué Pinche Tino Tengo! para conocer El Imperial.

Se rumoraba que era un lugar bastante agradable y con buena música, así que después de mi intento fallido por juntar a la banda el jueves pasado, este jueves se unieron al plan Vaz y Paco y después de las tardes lluviosas que hemos vivido en esta ciudad decidimos reunirnos en casa de ambos para movernos a El Imperial.

Esta vez no hubo precopeo así que nos movimos alrededor de las 10:30. Al llegar, y después de dejarle “La Cheyenne” al individuo encargado del Valet Parking nos movimos a la puerta. Ahí nos recibió el típico monito que vive en la puerta y nos pregunto:

- ¿Vienen a ver a la banda? –

Pregunta que se me hacía un poco rara porque ¿cómo? ¿si no iba a ver a la banda no me dejaban entrar?... en fin. Por supuesto respondimos que no sabíamos que iba a haber una banda así que preguntamos quien iba a estar, a lo que el tipo, súper amable (y léase con un tono sarcástico) nos dijo:

-Pues ahí dice – y señaló hacia un letrero que se encontraba arriba del pabellón que tapaba la entrada.

Ya que vimos que el nombre de la banda no se nos hacía familiar y tratábamos de entender que estaba pasando, nos acercamos de nuevo a la puerta y teníamos a un nuevo monito frente a nosotros.

Yo creo que el se dió cuenta de que no entendíamos como funcionaban las cosas en ese lugar, pero ahí les va para cuando quieran ir:

Resulta que El Imperial esta dividido en 2 pisos, la planta baja es en donde está el escenario, y si hay un grupo el cover es parejo para hombres y mujeres. Este jueves el cover era de $100. También esta la opción de que subas a la planta alta en donde no escuchas a la banda, pero hay un DJ y el cover es solo para los hombres, que también era de $100. Si decides ir arriba o abajo no puedes cambiar de opinión después y ambas partes del lugar quedan incomunicadas, hasta que acabe de tocar la banda, y ya abren las puertas para que puedas moverte en todo el lugar a diestra y siniestra.

Ya con esta explicación nos quedó muy claro que nuestra decisión era unánime y decidimos pasar al piso de arriba. La ambientación particularmente me encantó, y después de que Vaz me dijo que lo superara mas de 5 veces, no puedo negar que estaba enamorada del papel tapiz de las paredes y las lámparas que estaban empotradas en las paredes. Al centro del lugar y justo frente al DJ hay una estructura muy peculiar: es un cilindro alto que funciona como mesa y en las paredes tiene un material parecido al de un sillón. La parte superior del cilindro funcionaba como mesa y justo en el centro lo atravesaba un tubo que llegaba hasta el techo.

Para no variar ni perder la costumbre, logramos sentarnos muy cerca de la barra y ahí pedimos los primeros tragos: chela, whisky y vodka. La platica de esta noche fue bastante peculiar, de alguna manera hablamos de tantas cosas tan diferentes y mientras esto sucedía no podíamos dejar de escuchar la música con un volumen extremadamente alto. Debo decir que a lo largo de la noche sólo escuche 3 o 4 canciones que me gustaban, de ahí en fuera la música fue calificada por los 3 como mala. Se convirtió en un “punchis punchis” muy monótono.

Hay toda clase de gente en el lugar, por ahí llegó Randy de Molotov y el Chá de Fobia a pasar lista y saludar a todo mundo igual que lo hacía casi cada persona que llegaba. Por lo visto es un lugar donde la gente es muy familiar y se reúnen a menudo los mismos.

Al salir del lugar pasamos por la planta baja y creo que tomamos una buena decisión al no ver al grupo, porque por lo poco que logramos escuchar no eran para nada lo que queríamos escuchar toda la noche.

Ésta vez no conocimos a ningún extraño, en parte la disposición del lugar y la música alta no lo hacían una tarea fácil y por otra parte los ánimos se han visto un poco mermados por los escasos resultados que han salido de este experimento. Tenía un plan maquiavélico para hablarle a los que estaban junto a nosotros, pero en el momento en el que la música había bajado el volumen y yo estaba dispuesta a platicar con ellos, se movieron de lugar.

Aún no logro encontrar la buena estrategia y creo que hay que experimentar mucho mas de lo que pensaba para que la gente entienda que no está mal hablarle a un extraño. Si alguien tiene idea, en serio serán bienvenidas.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Salón Malafama


Después del enclaustramiento obligatorio por culpa de la influenza, este jueves por fin levantaron la alerta sanitaria y pudimos seguir con nuestros jueves de ¡qué pinche tino tengo!, así que después de averiguar un poco que lugares iban a abrir y cuales lo hacían hasta el viernes, decidimos movernos a un billar bastante conocido en la Condesa llamado Salón Malafama.

Dado que son las nuevas reglas, nos recibieron como niños de Kinder con un gel antibacterial y poniendo un poco en nuestras manos para que entráramos sin problemas. Poco faltó para que revisaran si nos habíamos lavado bien las manos, pero bueno, entre si son peras o manzanas, no nos queda de otra mas que seguir las reglas hasta que esto de los bichos este completamente bajo control.

El lugar es bastante agradable y la decoración incluye una exposición fotográfica de deportistas increíblemente buena. A la entrada del lugar hay mesas junto a la barra y al final están las mesas de billar. Las mesas están en muy buen estado y el espacio es suficiente para que no estés jugando prácticamente con los que están junto a ti.
Al llegar pedimos nuestra mesa y la carta, y para nuestra sorpresa pasaron dos cosas que no fueron de todo nuestro agrado: 1) solo hay cerveza y vino y 2) no aceptaban tarjetas. Dadas estas circunstancias, pues pedimos agua de tamarindo, un par de cervezas y una botella de vino. También se nos antojó cenar y probamos las pizzas y la hamburguesa. La pizza fue bastante buena y la hamburguesa no estaba nada mal.

Por supuesto este lugar no tiene espacio para fumar, así que tienes que salir a la banqueta. Y ahí fue donde se comprobó que la gente no esta lista para que algún extraño les hable. Resulta que ya en la banqueta se acercó alguien a pedir un encendedor, ninguna de las chicas traía encendedor, así que todas dijeron:
- no tenemos pero él tiene –
señalando al único hombre que estaba fumando afuera y que efectivamente era dueño del encendedor. El chico preguntó que si no querían prestárselo porque no estaba guapo, a lo que el dueño del encendedor contesto que a él si se le hacía guapo… ¡¡grave error!! El tipo se sacó mucho de onda, no sabemos si se ofendió, pero se fue. ¿Por qué se fue? Pues porque su integridad seguro no esta tan íntegra donde le molesta o le saca de onda que otro hombre, sin afán de conquistarlo, diga que tiene buen ver.

Después de la anécdota y de varias horas de juego decidimos dejar la mesa de billar y movernos a una de las mesas que están junto a la barra para terminar nuestros tragos. Ahí hay muchas parejas o grupos jugando dominó, lo que hace prácticamente imposible seguir con nuestro plan de hablarle a un extraño, y menos después de la experiencia previa.

Definitivamente el lugar es bueno, el servicio increíble, la música que ambienta bastante buena y pese a que sólo había cerveza y vino nos la pasamos muy bien. Sin embargo, y después de una semana de descanso obligado, no fue el lugar adecuado si lo que quieres es conocer gente nueva.

jueves, 7 de mayo de 2009

¡¡HOY SI NOS VEMOS!!

¡¡HOLA TODO EL MUNDO!!

Ya que por fin se levantó la alerta epidemiológica y se ha permitido la reapertura de lugares de entretenimiento, hoy si nos vemos para el jueves de ¡¡QUÉ PINCHE TINO TENGO!!.

Dadas las condiciones extraordinarias en las que se han dado las cosas a lo largo de la semana, aun no hemos decidio el lugar, pero estén al pendientes para qué al rato se enteren por aqui en dónde estaremos.

martes, 28 de abril de 2009

Por obvias razones...

Pues ya no nos queda de otra, y ante el cierre total de todo comercio en el DF, y ante la huida hacia el mar (donde la vida es mas sabrosa), es áltamente probable que este jueves de que pinche tino tengo se vea cancelado, a menos que me anime a salir el jueves en Xalapa donde, seguro no habrá tanta gente desconocida, pero algo puedo intentar.
Candy
Saludos a todos, no dejen de escribir y la siguente semana, si ya nos abrieron de nuevo los bares, les estaremos contando una aventura mas del staff de que pinche tino tengo.

viernes, 24 de abril de 2009

Mojito Room



Esta vez no hubo precopeo y decidimos llegar a las 10 al Mojito Room de la Condesa. Llegamos justo a la mitad de la clase de Salsa y, tomen nota, los jueves las chicas entran gratis y los chicos pagan un cover de $100.

Ahí pedimos los primeros tragos y nos dedicamos a observar la clase. Resulta que, como todo lugar de este tipo que ofrece clases de salsa, siempre hay un individuo (de preferencia cubano) frente a todos, que cuenta y cuenta y hace movimiento mientras todo mundo abajo se hace bolas tratando de seguir sus pasos. Creo que no hay nada mas divertido que estar en tu mesa mientras eso pasa. Puedes observar como la gente se hace bolas, como de repente le agarran la onda al paso y sonríen ampliamente celebrando su triunfo, y como hay quien sólo se la pasa volteando a todos lados, perdido en el movimiento de pies, con la firme convicción de que están haciendo su mejor esfuerzo.

La clase duró un buen rato, y después de la salsa vino la clase de bachata que , para mi gusto, estuvo bastante chafita. Por supuesto mientras eso pasaba, el grupo que toca en vivo empezó a acomodar sus instrumentos y a nosotros se nos cocían las habas por pararnos a bailar. Por fin empezó el grupo a tocar, no sin antes el preámbulo del Dj que nos recordó aquellos viejos tiempos en dónde abrían pista en los centros nocturnos.

Después de la primera canción todo mundo a la pista a bailar y seguro todos íbamos a lo mismo. Veías a la gente que tomó la clase muy concentrada tratando de aplicar lo aprendido minutos antes, así como gente cuyo único objetivo era ir a levantar polvo bailando.
La sensación fue la morenaza de fuego, una chica alta con cabello súper abundante y rizado que estaba con el grupo y su función en el espectáculo era solo mover las caderas, agarrarse el pelo de forma sexy y contonea todo su voluptuoso ser al compás de la música.

Tuvimos una gran discusión sobre si había mas hombres que mujeres en el lugar, y por supuesto llegaban grupos de varias chicas con un solo chico, que nuestra teoría apuntaba a que era el único amigo que bailaba y por eso las llevaba a todas a bailar. También había pequeños grupos de hombres ya grandes que solo iban a ver a las chicas bailar, porque nunca se pusieron las pilas para sacar a alguien a la pista.

En la mesa vecina a nosotros había 2 chicos y una chica, cosa un poco incómoda para ellos porque cada vez que uno de ellos se iba a bailar con la chica, el otro se quedaba solo. Razón por la cuál fueron los blancos perfectos para nuestra misión, así que en la primera oportunidad invitamos al que se quedo sólo a la mesa. Se llamaba Agustín y venían del trabajo a celebrar el cumpleaños del otro chico que se llamaba Luis. Dicho y hecho, regresó la pareja en la pista, cambiaron de lugares y ahora tuvimos la oportunidad de platicar con Luis, el cumpleañero, con el cual brindamos por sus 32 años. Debo decir que, después de bailar con uno de ellos y platicar con Agustín y Luis, nunca supimos ni como se llamaba la chica, ya que ella fue a bailar y a eso se dedicó toda la noche. Al parecer los tres trabajaban en cosas de software y Rodrigo y Liliana ya estaban casi armando negocio con ellos.

Después de varias copas de vodka tonic, bailar como enanos y de que nos prendieron la luz a las 2:30 de la mañana, todo parecía indicar que era la hora de partir, así que nos retiramos de la Condesa a nuestras casas, felices por haber bailado tanto y haber pasado un jueves muy divertido.