viernes, 13 de marzo de 2009

Noche de domino


Después de este jueves quedaron claras dos cosas:

1) la imperiosa necesidad de ampliar nuestras redes sociales
2) no hay mejor título que este para nuestro blog.

Este jueves fuimos a una partida de domino hogareña a la que fuimos invitadas. El domino no es lo nuestro, pero era una buena oportunidad para seguir con éste experimento de conocer gente nueva y hablarle a un extraño.

La imperiosa necesidad de ampliar nuestras redes sociales se ve enfatizada cuando llegas a una nueva casa y lo primero que te encuentras es que uno de los invitados es un conocido ¡¡demonios!! Uno menos en la lista de nuevos extraños por conocer.

El domino no fue la prioridad en esa reunión, pero nos la pasamos muy bien sentados en la mesa del comedor, compartiendo unos molletes que se veían deliciosos, algunas copas de vino y tequilas, escuchando historias y compartiendo anécdotas que de antemano sabemos hacen reír a la gente. En realidad no somos malas cuando se trata socializar con nueva gente, de hecho somos muy buenas conversadoras y sabemos hacer reír a la gente, así que después de mil anécdotas sobre nuestra vida en prácticas de campo, decidimos que era hora de terminar la reunión. Hablamos con varios conocidos, definitivamente es mucho más sencillo cuando estás en una reunión pequeña, pero cumplimos con la meta.

Los jueves de que pinche tino tengo ya no se limita a las noches, sino a una actitud que se debe manejar todo el día. Debes estar abierto a conocer nueva gente los jueves. Una de nosotras fue a comer a un rico restaurante con alguno de los compañeros del trabajo, y el mesero se portó increíble. En realidad tenía una personalidad encantadora que con sus múltiples bromas y comentarios hizo mucho más amena la comida.

Al salir del lugar y pagar la cuenta le dejó una tarjeta con su número de celular apuntado en ella. El mesero decidió averiguar de que se trataba y en la tarde le mando un mensaje tratando de saber quién era la que había dejado la tarjeta. Después de varios mensajes a lo largo de la tarde y de un juego divertido por invitarse a salir, se dio cuenta que aún no sabía el nombre de la persona con la que se había estado escribiendo.

Es algo que eventualmente debía averiguar, pero después de saber que el nombre de esta nueva persona era el mismo de la persona de la que ahora se quiere olvidar, no nos queda duda que no hay mejor título para este blog que ¡¡qué pinche tino tengo!!

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